miércoles, 24 de febrero de 2016
EL IMPERIALISMO Y LA EXPANSIÓN COLONIAL
El imperialismo y la expansión colonial. A lo largo del
siglo XIX, y sobre todo a finales, Europa inicia un proceso de expansión
territorial que le lleva a ocupar gran parte de Asia y casi toda África. Las
causas son evidentes, la segunda revolución industrial ha triunfado en las
principales potencias y se necesitan materias primas baratas, mano de obra casi
esclava y lugares donde colocar los excedentes de productos y capitales. Como
podemos deducir es la burguesía la principal beneficiada. Sin embargo estos
argumentos casi no aparecen ante la opinión pública, en su lugar una exaltación
patriótica (nacionalismo) que toca la fibra sensible de la gente hace que todos
los ciudadanos cierren filas en esos proyectos nacionales. La consecuencia más
evidente de todo esto es la rivalidad entre los países europeos, y estas
tensiones llevarán, en parte a la I Guerra Mundial. Por otro lado, el dominio
europeo hace que la cultura occidental se asiente en gran parte del mundo
contribuyendo a lo que hoy llamamos globalización al aniquilar gran cantidad de
culturas y formas tradicionales. Que el fenómeno no se circunscribe a Europa se
demuestra con la sutil dominación económica sobre algunos territorios por parte
de Japón y EE.UU. que también han realizado su revolución industrial.
1. Las formas de dominación colonial. La expansión
colonial europea presentó distintas formas de dominación. Las colonias, en su
aspecto político, podían ser consideradas de varios tipos:
a) Las colonias
propiamente dichas, es decir, territorios gobernados por funcionarios
designados por la potencia administradora.
b) Los protectorados, eran
territorios en los que se mantenía el gobierno indígena, en los aspectos
internos, bajo la supervisión de la potencia ocupante y sometido
a ella. La política exterior y el ejército eran controlados por la metrópoli.
c) Los territorios metropolitanos, la colonia formaba parte del país
colonizador (metrópoli) y se organizaba como una provincia más, con las mismas
instituciones que cualquier provincia francesa, por ejemplo. En su aspecto
económico las colonias podían ser de poblamiento o de explotación, en el primer
caso la potencia colonizadora facilitaba el asentamiento de colonos europeos,
en el segundo las colonias eran objeto de un intenso saqueo y expolio por parte
de las compañías capitalistas. Otro tipo más sutil de colonización es la
financiera, países que acumulan grandes capitales invertirán en países pobres y
con ello aumentará la dependencia económica con respecto al colonizador, un
caso claro de lo que estamos diciendo es la dependencia económica de los países
hispanoamericanos con respecto a los Estados Unidos.
2. Los imperios coloniales.
Aproximadamente los países europeos empiezan a conquistar África desde
1830 Los imperios coloniales en África a principios del siglo XX. El
imperialismo y la expansión colonial. (Portugal conservaba posesiones
anteriores) pero esa ocupación es muy superficial y a menudo centrada en el
dominio de las costas. Pero será en el Congreso de Berlín del año 1885 cuando
las potencias europeas se sienten a negociar y repartirse África, las
posesiones costeras se tomaron como base para la reclamación de los territorios
interiores. En 1914 sólo quedaban en África dos países independientes: Etiopía
y Liberia. Los ingleses crearon un vasto imperio colonial que se extendía por
todos los continentes, en América conservaban el Canadá, Jamaica...; en África
eran dueños de una franja de territorios que de norte a sur llevaban de Egipto
a Sudáfrica: Egipto, Sudán, Kenia... y, además, Gambia, Sierra Leona,
Nigeria... es de destacar que al ser derrotada Alemania en la I Guerra Mundial
muchas de sus posesiones pasaron a Gran Bretaña. En Asia poseía zonas muy
amplias en Oriente Próximo (Palestina, Siria, Líbano, Iraq...) India, Birmania,
Singapur... Todas estas posesiones se completaban con Australia y Nueva
Zelanda. El imperio francés se extendía por algunas zonas de América e islas de
Oceanía, pero se centraba en África y el Sudeste asiático. En África era dueña
de Argelia, casi la mitad del Sahara, Camerún (antiguo territorio alemán),
Congo... y en el Sudeste de Asia poseía Indochina (Laos, Vietnam y Camboya).
Frente a estos dos imperios existían otros de dimensiones más reducidas. España
poseía el Sahara Occidental, norte de Marruecos y Guinea Ecuatorial. Portugal
Angola y Mozambique. Bélgica el Congo... Fuera de Europa los Estados Unidos
actuarían de una manera imperialista en la guerra con España de 1898, en esta
contienda adquirió Puerto Rico, Filipinas y una gran influencia sobre Cuba. El
imperialismo americano se manifestó más que con la expansión territorial con el
dominio económico de los países subdesarrollados de América. Japón, con un
territorio muy reducido y carente de materias primas, también va a iniciar un
proceso expansivo, La expansión europea en Asia. El imperialismo de las
potencias Extra europeas: EE.UU. y Japón. . El imperialismo y la expansión
colonial. Página 5 esta política le llevó a la guerra con China (1894) y con
Rusia (1904), como consecuencia de ellas se extendió por Corea y los
archipiélagos cercanos. 3. Consecuencias del imperialismo colonial.
La
expansión europea produjo la europeización del mundo y que tengamos hoy en día
una civilización global, lo cual no tiene porqué ser solamente positivo. Las
consecuencias de la ocupación de estos territorios son positivas o negativas
según quién cuente la historia, si son los pueblos europeos o si son los
pueblos sometidos.
Consecuencias
positivas. *
Entre estas habría que citar el incremento de la población en los países
ocupados debido a la erradicación de epidemias y la consiguiente reducción de
la mortandad a causa de las medicinas llevadas por los europeos. *
Otra sería el aumento de los cultivos y la introducción de otros lo que
hizo que aumentara la producción agrícola, aunque fuera para abastecer al país
colonizador.
*
El descenso del analfabetismo y la expansión de la cultura occidental,
esto produjo la desaparición de la estructura tribal de esas sociedades e
incluso en algunos casos la pérdida de su identidad cultural; como vemos una
consecuencia positiva suele conllevar una negativa.
*
Para los países europeos les resultaba beneficioso este dominio ya que
obtenían materias primas muy baratas y con una mano de obra prácticamente
gratuita.
Consecuencias
negativas.
Frente a todo lo anterior
no podemos negar que fue una forma abusiva de explotación y sometimiento de
unos pueblos atrasados por otros más avanzados. Veamos esas consecuencias
negativas: * Las poblaciones indígenas sufrieron el expolio
de sus tierras por parte de los colonizadores.
* Los
colonizadores provocaron, en muchos casos, la destrucción de la lengua y la
cultura de los colonizados y de su sociedad tradicional. * Las fronteras que establecieron los europeos
serían totalmente arbitrarias, sin tener en cuenta a los pueblos indígenas.
Cuando estos países se independicen serán esas fronteras las que se mantengan y
dentro de los nuevos países se darán tribus enemigas desde tiempos inmemoriales
y una misma tribu se verá repartida entre varios estados distintos.
* En muchos casos habrá una fuerte segregación
racial por parte de los europeos que todavía subsiste hoy en día.
*
Los beneficios de la expansión colonial no afectaron por igual a todos
los grupos sociales de la potencia colonizadora, en general sirvieron para el
enriquecimiento de la burguesía industrial y financiera.
EL CAPITALISMO CADA VEZ MÁS GLOBAL
En las últimas décadas del siglo XIX, en el marco de un
capitalismo cada vez más global, se desató una intensa competencia por la
apropiación de nuevos espacios y la subordinación de las poblaciones que los
habitaban.
La expansión de un pequeño número de Estados desembocó en el
reparto de África y del Pacífico y en la consolidación del control sobre Asia,
aunque la región oriental de este continente quedó al margen de la dominación
occidental.
El escenario latinoamericano no fue incluido en el reparto
colonial, pero se acentuó su dependencia de la colocación de los bienes
primarios en el mercado mundial. El crecimiento económico de los países de esta
región dependió del grado de integración en la economía global del último
cuarto del siglo XIX. En el Caribe, a la prolongada dominación europea de gran
parte de las islas y de algunos territorios de América Central y del
Sur se sumó la creciente gravitación de Estados Unidos, especialmente partir de
su intervención en la guerra de liberación de Cuba contra España en 1898.
Entre 1876 y 1914 una cuarta parte del planeta fue
distribuida en forma de colonias entre media docena de Estados europeos: Gran
Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Bélgica. Los
imperios del período preindustrial, España y Portugal, tuvieron una
participación secundaria. Los países de reciente industrialización extra
europeos, Estados Unidos y Japón, interesados en el zona del Pacífico, fueron
los últimos en presentarse en escena. En el caso de Gran Bretaña, la expansión
de fines del siglo XIX presenta líneas de continuidad con las anexiones
previas; fue el único país que, en la primera mitad del siglo XIX ya tenía un
imperio colonial.
La conquista y el reparto colonial lanzados en los años
ochenta fueron un proceso novedoso por su amplitud, por su velocidad y porque
estuvo asociado con la nueva fase del capitalismo, la de una economía que
entrelazaba las distintas partes del mundo. Los principales
estadistas de la época –Joseph Chamberlain, Jules Ferry, por ejemplo–
repitieron una y otra vez que era preciso abrir nuevos mercados y nuevos campos
de inversión para evitar el estancamiento de la economía nacional.
Además, según su discurso, las culturas superiores tenían la
misión de civilizar a las razas inferiores. En el marco de la gran depresión
(1873-1895), gran parte de los dirigentes liberales giraron hacia el
imperialismo para sostener una política expansionista apoyada por el Estado y
basada en un fuerte potencial militar que garantizaría la superioridad de la
propia nación.
La expansión colonial no disgustaba a todos los socialistas.
Algunos dirigentes de la II Internacional también adjudicaron a la expansión
europea un significado civilizador. El debate fue especialmente álgido en el
congreso de Stuttgart, en 1907.
Las nuevas industrias y los mercados de masas de los países
industrializados absorbieron materias primas y alimentos de casi todo el mundo.
El trigo y las carnes desde las tierras templadas de la Argentina, Uruguay,
Canadá, Australia y Nueva Zelanda; el arroz de Birmania, Indochina y Tailandia;
el aceite de palma de Nigeria, el cacao de costa de Oro, el café de Brasil y
Colombia, el té de Ceilán, el azúcar de Cuba y Brasil, el caucho del Congo, la
Amazonia y Malasia, la plata de México, el cobre de Chile y México, el oro de
Sudáfrica.
Las colonias, sin embargo, no fueron decisivas para asegurar
el crecimiento de las economías metropolitanas. El grueso de las exportaciones
e importaciones europeas en el siglo XIX se realizaron con otros países
desarrollados. La argumentación del economista liberal inglés John Atkinson Hobson
y del dirigente bolchevique Lenin acerca de que el imperialismo era resultado
de la búsqueda de nuevos centros de inversión rentables no se correspondió
acabadamente con la realidad. Los lazos económicos que Gran Bretaña
forjó con determinadas colonias –Egipto, Sudáfrica y muy especialmente la
India– tuvieron una importancia central para conservar su predominio. La India
fue una pieza clave de la estrategia británica global: era la puerta de acceso
para las exportaciones de algodón al Lejano Oriente y consumía del 40 al
45 % de esas exportaciones; además, la balanza de pagos del Reino Unido
dependía para su equilibrio de los pagos de la India. Pero los éxitos
económicos británicos dependieron en gran medida de las importaciones y de las
inversiones en los dominios blancos, Sudamérica y Estados Unidos.
En el afán de refutar las razones económicas esgrimidas por
Hobson y Lenin, una corriente de historiadores enfatizó el peso de los fines
políticos y estratégicos para explicar la expansión europea. Estos objetivos
estuvieron presentes, pero sin que sea posible disociarlos del nuevo orden
económico. Cuando Gran Bretaña, por ejemplo, creó colonias en África oriental
en los años ochenta, lo hizo porque así frenaba el avance alemán y sin que
hubiera un interés económico específico en esa región. Pero esta decisión debe
inscribirse en el marco de su condición de metrópoli de un vasto imperio y,
desde esta perspectiva, no cabe duda del afán de Londres por asegurarse tanto
el control sobre la ruta hacia la India desde el canal de Suez como la
explotación de los yacimientos de oro recientemente encontrados al norte de la
Colonia del Cabo. En este contexto, la distinción entre razones políticas y económicas es poco consistente.
En principio, tanto las colonias formales como las
informales se incorporaron al mercado mundial como economías dependientes, pero
esta subordinación tuvo impacto social y económico disimiles en cada una de
las periferias mencionadas. En primer lugar porque el rumbo de las colonias
quedó atado a los objetivos metropolitanos. En cambio, en los
países semi soberanos, sus grupos dominantes pudieron instrumentar medidas
teniendo en cuenta sus intereses y los de otras fuerzas internas con capacidad
de presión. Pero además, tanto en la esfera colonial como en la de las colonias
informales coexistieron desarrollos económicos desiguales en virtud de los
distintos tipos de organizaciones productivas. Los enclaves cerrados, los casos
de las grandes plantaciones agrícolas tropicales como las de caña de azúcar, el
tabaco y el algodón, junto con las explotaciones mineras, dieron paso a
sociedades fracturadas. Por un lado, un reducido número de grandes propietarios
muy ricos; por otro, una masa de trabajadores con bajísimos salarios y en
muchos casos sujetos a condiciones serviles. En las regiones en que
predominaron estas actividades productivas hubo poco margen para que el boom
exportador alentase el crecimiento económico en forma extendida. Tanto en Latino américa
como en las Indias Orientales Holandesas, el cultivo del azúcar, por ejemplo,
estuvo asociado a la presencia de oligarquías reaccionarias y masas
empobrecidas. En cambio, los cultivos basados en la labor de pequeños y
medianos agricultores y en los que el trabajo forzado era improductivo –los
casos del trigo, el café, el arroz, el cacao– ofrecieron un marco propicio para
la constitución de sociedades más equilibradas y con un crecimiento económico
de base más amplia.
lunes, 22 de febrero de 2016
IMPERIALISMO DESDE OTRO PUNTO!
EL IMPERIALISMO
El imperialismo es un régimen de dominación política en el cual una potencia militar extiende sus dominios sobre otros pueblos o Estados por medio de la fuerza o a través de la influencia económica, cultural o política. En este sentido, como imperialismo también se puede designar la actitud y doctrina de quienes practican el imperialismo. La palabra, como tal, se forma con los vocablos “imperial”, que significa perteneciente o relativo al imperio, e “-ismo”, prefijo para designar doctrinas o sistemas.
Imperialismo se puede definir como el sistema en el que la política, la economía y la cultura de una parte del mundo se organizan en función del dominio de unos países sobre otros. El imperialismo que surge en el siglo XIX fue la culminación del colonialismo iniciado en los siglos XV y XVI. Pero ambas formas de dominación colonial fueron muy distintas. Los viejos imperios coloniales estuvieron ubicados principalmente en América, mientras que los nuevos imperios coloniales se centraron en Asia y África. Las antiguas colonias habían sido de asentamiento y los emigrantes habían creado sociedades que pretendían ser similares a las europeas, frente a las nuevas colonias que fueron, sobre todo, territorios de ocupación, donde una minoría europea no se mezclaba con la autóctona y ejercía el control político y económico. Por otro lado, si el ritmo de ocupación había sido lento y limitado en el pasado, en el siglo XIX la rapidez fue la tónica general. Por último, las posesiones coloniales de la época moderna dieron lugar a escasos conflictos en comparación con los desarrollados con el imperialismo del siglo XIX, con guerras constantes, ya que la expansión colonial se había convertido en un objetivo fundamental de la economía y la política de los países industrializados.
FACTORES
Desde el punto de vista económico, el desarrollo del imperialismo se vincularía a las necesidades de las industrias de los países europeos desarrollados. La industria llegó a tal grado de crecimiento que se hizo necesaria la búsqueda de nuevos mercados para sus productos, de materias primas abundantes y baratas, así como de nuevos espacios económicos donde poder invertir el capital excedente y hallar más beneficios, donde, además la mano de obra era abundante y, por lo tanto, barata. Esas condiciones se encontraban en los territorios más atrasados, sin medios técnicos y más débiles de otros continentes, especialmente de Asia y África. Tenemos que tener en cuenta que la crisis de 1873 provocó que los países industrializados desarrollaran políticas proteccionistas, por lo que se hizo indispensable buscar esos nuevos mercados, más materias primas y lugares donde invertir y encontrar rentabilidad. Actualmente, se está matizando esta teoría clásica económica en relación con el imperialismo. Hay estudios que consideran que la mayor parte de las inversiones extranjeras de los países desarrollados no se encaminaron hacia los nuevos territorios sino hacia otros países industrializados o en vías de serlo, como los Estados Unidos. Además, siempre según esta nueva teoría, la mayor parte del comercio exterior, tanto de productos industriales como agrarios, siguió siendo entre los países industrializados. Por fin, se en duda la rentabilidad económica de algunos imperios, como el británico, el principal de todos ellos. Se habría comprobado como los costes para mantenerlo –administración, ejército, etc.- no justificaban los beneficios obtenidos. Además, el imperialismo no benefició a toda la población ni a todos los sectores económicos británicos por igual. Los principales beneficiarios fueron los sectores económicos que invirtieron en empresas coloniales mientras su contribución a los costes de la administración colonial fue muy reducida. Las clases medias fueron las que contribuyeron a este coste con sus impuestos, y obtuvieron muy pocos beneficios o ninguno de la expansión imperial de su país.
CAUSAS
Las principales causas del Imperialismo fueron:
A) ECONÓMICAS: Las crisis económicas de la segunda mitad del siglo XIX provocaron que la mayor parte de los Estados europeos adoptaran políticas proteccionistas que dificultaban la colocación del exceso de producción en otros países europeos. Las necesidades de aprovisionamiento de materias primas o la exportación de mercancías y de capitales de las economías occidentales originaron la organización y explotación de los nuevos territorios.
B) DEMOGRÁFICAS: Debido al aumento de la población en Europa, para mediados del siglo XIX y comienzos del XX, aproximadamente 40 millones de europeos se vieron obligados a desplazarse hacia las colonias de su país, en busca de mejores condiciones de vida (tierra donde trabajar, alimentos para abastecerse).
C) IDEOLÓGICAS: Utilizando el cristianismo como excusa, muchos europeos se marchan a nuevos territorios, con la misión evangelizadora. Otra creencia importante se daba en el llamado "Darwinismo Social", basándose en la teoría de evolución de las especies por Selección Natural del británico, la cual afirma que, al igual que las especies, las sociedades más avanzadas tenían derecho a imponerse sobre las subdesarrolladas.
D)CIENTÍFICAS: Impulsados por las ganas de progresar en la ciencia, encontrar nuevas especies y explorar nuevos suelos.
E) POLÍTICAS; La intención de algunos políticos que pretenden olvidar fácilmente sus derrotas dominando nuevos territorios y sometiéndolos.
CONSECUENCIAS
Como consecuencias, el imperialismo tuvo:
- Aculturación de los territorios dominados
- Segregación racial,
- Inmigración,
- Explotación de la mano de obra,
- Rivalidades coloniales que llevaron a que se desatara la 1 Guerra Mundial.
- Desarrollo de la vida urbana
- Los mapas políticos se vieron afectados por la creación de fronteras artificiales que supusieron la unión o división forzada de grupos tribales y étnicos diferentes, causando así, conflictos sociales y étnicos, que persisten hoy día.
Pensamos que el Imperialismo, económicamente, es el resultado de un gobierno capitalista que regía en Europa para esa época, comercialmente consideramos válido la idea de búsqueda de nuevos mercados, pero rechazamos el atropello a los recursos pertenecientes al otro territorio, también rechazamos la utilización de fuerzas militares que fomentaron la violencia y perturbaron pueblos indefensos y, finalmente la reducción de culturas y pueblos enteros como consecuencia a este fenómeno,
LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
El Imperialismo y la I Guerra Mundial son el resultado de un suceso que cambió la forma de pensar y las condiciones de vida de muchos países europeos, fue iniciado en Inglaterra y expandido por toda Europa y, luego, por todo el mundo; suceso llamado REVOLUCIÓN INDUSTRIAL.
La Revolución Industrial se entiende como un cambio, aquella modificación que hizo evolucionar las Industrias y el comercio en ese entonces. Se encontraron nuevas formas de comercializar, una manera de tener más y más propiedades. de alcanzar nuevos mercados, de conseguir un método más práctico para trabajar.
Todo este cambio, llevo a que se diera un manejo capitalista, que se encontraba desde la dirección de una empresa hasta la dirección de un país, y que terminó siendo una de las principales causas de que se desarrollara el fenómeno imperialista.
Ya con esta idea capitalista metida en la cabeza de los dirigentes europeos, se les ocurrió la idea de tener nuevos territorios, para explotarlos y beneficiarse de sus recursos, para someter a su gente a las leyes e impuestos de los europeos, creyéndose siempre superiores a los nativos. A este proceso de dominio de territorios subdesarrollados o vulnerables, frente al poder de las potencias europeas, se le llamó Imperialismo.
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